La otoplastia o cirugía de orejas permite corregir la forma, el tamaño prominente y la disposición de las orejas en asa o denominadas de “soplillo”. Una característica que afecta al 5 % de la población y que pueden minar la autoestima y la forma de relacionarse de los niños desde una edad muy temprana.
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Permite corregir las orejas prominentes, en asa o de “soplillo”.
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Sin cicatrices visibles.
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Sin hospitalización.
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Resultados permanentes.
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Mejora la autoestima.
Precio Aproximado
Recuperación
5 – 7 días
Efectos
Inmediatos
Resultados
Permanente
La otoplastia es el procedimiento quirúrgico utilizado para dar al pabellón auricular un aspecto más natural y anatómico. Si bien la corrección más solicitada es la de las orejas en asa o de “soplillo”, en donde las orejas se presentan despegadas de la cabeza en menor o mayor medida, también se corrigen las orejas prominentes, en copa o aquellas que presenten una deformación a causa de un traumatismo. En ocasiones, los niños pueden desarrollar sólo una oreja que sobresale o una oreja laxa y caída. Es una de las intervenciones más realizadas en niños y adolescentes hasta los 14 años, debido a que el cartílago de la oreja es más maleable en edades tempranas, siendo los 7 y 8 años la edad más frecuente para solicitarla. A esta edad las orejas ya han alcanzado su tamaño definitivo, los cartílagos se han formado y han adquirido su mayor grado de consistencia. Esto no implica que en los adultos no se pueda realizar de forma satisfactoria, sino que el proceso es algo más dificultoso debido a que los cartílagos ya no poseen la misma flexibilidad y son menos moldeables. Aun así, la otoplastia es un procedimiento que se realiza a cualquier edad con muy buenos resultados.
Esta intervención no mejora ni afecta la audición puesto que es un procedimiento estético, pero como tal, mejora la apariencia física y la simetría de los rasgos faciales y en consecuencia la autoestima del paciente.
Se realiza una incisión en la unión de la parte posterior de la oreja con la cabeza a través de la cual se hace al acceso principal, aprovechando el pliegue natural existente. Una vez realizada esta incisión, dependiendo de los objetivos que se quieran conseguir y la flexibilidad de los cartílagos, se puede remodelar, reseccionar, limar o suturar las distintas partes de la oreja para conseguir la forma idónea y, si fuera necesario, se extirpa el exceso de concha y se quita el exceso de piel de detrás de la oreja. De forma conjunta, también se puede realizar una lobuloplastia para obtener una mayor armonía. La cicatriz queda oculta detrás de la oreja y pasa inadvertida.
La otoplastia está recomendada para todas las personas que se encuentran a disgusto con la forma, el tamaño o disposición de sus orejas. Como con cualquier otra intervención, debe cumplir con ciertos requisitos de estado de salud general y ser realista en cuanto a los resultados a obtener, los cuales serán explicados por el cirujano atendiendo a cada caso particular.
Los niños han sido mayormente los recipientes de este procedimiento, debido a las repercusiones que puedan tener en su desarrollo psicológico y en su vida escolar, así como en las relaciones sociales con sus pares. Como hemos mencionado, hay que tener en cuenta la edad y su predisposición para que la intervención sea un deseo que salga del propio niño y no sólo de sus padres. De esta forma, se podrá contar su colaboración tanto en la cirugía como en el postoperatorio. A pesar de esto, la otoplastia puede llevarse a cabo con éxito en paciente adultos teniendo en cuenta que la flexibilidad de los cartílagos y la capacidad de moldearlos es menor. El cirujano plástico será el más indicado para valorar cada caso en concreto y dependiendo de las condiciones físicas y estructurales del rostro, aconsejarle al paciente cual es la mejor opción para lograr un resultado armónico y natural.
- Tiempo de la intervención
- Hospitalización
- Recuperación y cuidados tras la intervención
- Resultados
- Contraindicaciones
Tiempo de la intervención
Hospitalización
Recuperación y cuidados tras la intervención
Esta operación tiene una sencilla recuperación y un corto postoperatorio. Como norma general, tras la intervención los pacientes se encuentran bien. Los primeros 3 – 5 días se colocarán unos apósitos y vendajes con la finalidad de controlar el sangrado, mantener la nueva posición de las orejas y resguardar y proteger las mismas durante el período de curación.
Pasado este tiempo, el paciente deberá utilizar una cinta elástica de tenis o de pelo durante el día y la noche hasta completar 3 semanas, o en su defecto, el período de tiempo que recomiende el cirujano según sea el caso. Luego de éste período, podrá llevar una vida normal.
Es posible sentir ciertas molestias, pero se alivia con medicación. Pasados 2 o 3 días tras la intervención los adultos podrán retomar su vida laboral y los niños volver al colegio después de 7 días, siempre cuidando de no recibir golpes que puedan comprometer los resultados.